Carta a Sabina


Con el corazón en la mano y con el alma estrujada le escribo estas letras que vienen justo después de su concierto en Quito- Ecuador. Y es que luego de semejante explosión de emociones y sentidos poco queda para decir. Tratar de describir esa expresión de amor y de sinceridad es casi imposible, solo algo me queda totalmente claro y es que amor se llama el juego y que el agua apaga el fuego y al ardor los años…

Una vez, un profesor de la universidad me pregunto que como que periodista me gustaría ser. Yo… medite unos 5 minutos en mi mente recorriendo por todos aquellos a los que había leído, aquellos que son “conocidos” y los que ocupan sitiales importantes (esto, por la absurda manía de uno de buscar lo mejor) y, de pronto vino un nombre a mi mente, dibuje una sonrisa cómplice en mi rostro y le dije a mi profesor: Como el maestro Sabina!

Hoy, después de escuchar su concierto señor de sombrero, al que en realidad debo confesarle siempre lo he escuchado, siento que mi respuesta no fue errada. Ahora creo fielmente como siempre. Que UD es un maestro! Que comunicar de la forma en que UD lo hace, con tanta franqueza, con tanto sentido, con tanto sentimiento, dándose todo en el proceso, lo convierte en un genio! Y lo vuelve objeto de mi admiración. Quiero ser como ud, señor Sabina!

Resumiendo y sin exagerar creo que poder cerrar los ojos y contar una historia como ud lo hace, poder mirar el mundo en su forma posible, ser denuncia, ser amigo, ser el que se roba el corazón y lo guarda en su cajón. Eso que a Ud comunicacionalmente le sucede es algo que casi nadie consigue. Que todos canten al unisonó sus letras que son siempre la misma canción, que son siempre ud en estado puro, ud en lo más profundo en lo más ud. Convertir en un pedazo de historia, un fragmento de algo vivido, un poco de palabras juntas y con ello hacer que todos miren el mismo sentido, sientan aquello vivido, se estremezcan con lo que esas líneas les gritan y les están contado. Eso, señor Sabina solo lo hacen las personas que han aprendido que la vida no es para andar haciéndose líos, que no temen decir las cosas con franqueza ni temen ser auténticos consigo mismos. Por eso lo admiro porque en mi vida si hay algo que yo espero aprender de la gente que merece mi admiración es la autenticidad y el valor para salir al mundo y gritarles a todos que uno es lo que es, aunque el mundo se joda.

En definitiva y no le canso más, solo quería que sepa que en un pequeño rincón del ecuador existe una jovencita que le escucho desde niña y se enamoró. Una que hoy es periodista, y que un día le dijo a un viejo con cara de asombro que quería en la vida ser como ud. Y que a pesar de que han transcurrido algunos años de aquello y de que creo que aquel maestro nunca se recuperó por completo del shock, nunca me voy a arrepentir.

Sinceramente:
Gabriela Rubio

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