Desde mi butaca...


Me gusta sentarme en una sala de cine, me gusta más cuando apagan las luces y eres casi casi tu sola y la pantalla, me gusta como el sonido llega más fuerte y como la proyección es cada vez más tuya. Me siento completamente agradecida con mis sentidos con la importancia de que ellos puedan vivir sensaciones tan propias, tan cercanas. Me gusta ver algo y asombrarme y aprender me gusta también poder criticar, tener el poder de emitir un juicio sobre lo que estoy viendo y me gusta también darme cuenta que en la vida los puntos de vista son siempre diversos. Amo cuando una película es capaz de conmover y sacudirme por dentro, cuando no puedes contener el aire y lo único que atina a hacer tu cuerpo casi etéreo es mirar con mucha atención. Ese espacio casi tan oscuro como la negra noche con una luz tan intensa como la misma luna se convierte para mí en un refugio. Por eso me gusta sentarme en la sala de un cine, por las posibilidades infinitas de que mi mente vuele a través de las imágenes por ese respiro de lo cotidiano y por que casi siempre en esas proyecciones que me encantan me encuentro a mí misma…

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