Poco a poco se fue apagando,
su cuerpo fue primero,
su rostro perdió vitalidad,
sus manos la fortaleza de agarrar
sus piernas el temple para sostenerla.
Así su luz.. se fue extinguiendo como un ocaso
hasta que un día..
supe que tenía que despedirme también de su espíritu
desde ese día, no hay noche que no duerma,
pensando en ese instante...

Comentarios

Entradas populares