Es tanto pedir que alguien venga a rescatarme?

Voy a hacérselas fácil; mi vida ha estado llena de grandes obligaciones. Cando tenía 8 le diagnosticaron cáncer terminal de seno a mi mamá, el médico le dijo que tenía 4 meses de vida. Ella le dijo: Yo no me muero hasta que la “Gaby” se gradúe. Y así exactamente fue como sucedió todo. Mi mamá vivió pese a lo que los médicos pronosticaban con una entereza sobre humana 12 años más. Yo estaba en 1er año de la Universidad. Un día cuando la enfermedad había invadido mucho más de lo que debía y había generado una neuropatía que imposibilitaba a mi mamá caminar ella decidió morir. Tomó su decisión sola, basada en el único derecho de un ser humano a elegir. Esta vez no pensó en nadie más que en ella. Pero un día me pidió llorando que le ayude, que el dolor era muy fuerte y que ella ya no avanzaba más. Yo nunca dude porque para mí las decisiones y posturas son cosas que se respetan. A la final la vida misma termino el trabajo que teníamos planeado. Desde los 8 años siempre estuve pendiente de la vida de mi madre, no es algo que reclamo pues me ha convertido en lo que soy como ser humano. Solo una persona que ha acompañado a otra en un hospital sabe lo macabro que es con tus sentidos, con tus emociones y con tu estabilidad mental estar allí dentro, pero vas todos los días, lloras todos los días, esperas lo peor de cada visita, tus esperanzas penden de un hilo y ahí sigues. De la innegable pérdida de mi madre surgieron dos nuevas vidas a las que cuidar; la mía misma, que a penas y sentía que existía, y la de mi abuela, que siempre había estado ahí pero nunca a mi cargo. Esta última hoy por hoy es mi dolor de cabeza, mi abuela sufre delirios, tiene problemas psicológicos graves, cree que la gente a su alrededor le roba las cosas y que todo el tiempo la vigilan. Estos trastornos causan serios problemas en la convivencia. Mi abuela es terca, es voluntariosa y le no gusta que nadie le joda. Hace lo que se le viene a la cabeza, muchas veces sin respetar nada. Yo tengo que estar detrás todo el tiempo tratando de convencerle que nada pasa. Cuando peleamos por las cosas que ambas creemos irreconciliables nos decimos cosas horribles. Cuando nos enfrentamos somos capaces de sacar lo más feo de nuestro interior. Esa posibilidad de ser tan mala me agobia, me hace sentirme menos valiosa. Me hace retroceder, volver a recapitular mi vida, a preguntarme porque estoy en el lugar que estoy, porque a la larga sigo en el mismo lugar esperando lo inevitable. Esperando que algo mágico suceda, esperando que algo transformador nos arrastre, esperando como si siguiera ahí mismo afuera de la sala del hospital.

Ahora, que ya saben algo más de mi vida, de mis cosas existenciales, de mis pajas. Podrían decirle al mundo, al que sea que lo comande, que ya puede parar, que a basta, que me cansé de cuidar todo lo que hay q mi alrededor, que tengo ganas de sentarme a esperar que alguien venga a recatarme.

Comentarios

  1. Gaby eres una persona muy valiosa, quizas te tocó madurar a la fuerza, pero todo lo que te ha pasado ha formado tu caráter. TE ADMIRO MUCHO AMIGAAAAAA..

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares